El Mártir del Gólgota

Reflexiones cristológicas de Semana Santa

Viernes Santo

El descenso de Nuestro Señor Jesucristo de la Cruz

Texto de Referencia:

Evangelio según San Juan

Capítulo 19, versículos 38 – 42

El Evangelio según San Juan, es el evangelio de los signos

Luego de efectuarse la tortuosa peregrinación por la vía dolorosa, salidos en procesión desde el pretorio del Palacio del Procurador Poncio Pilato, inicia el ascenso en la calle empedrada hasta las afueras de la Ciudad Amurallada de Jerusalén.

A uno 400 metros se ubicaba una colina de baja altura que denominaban Monte de la Calavera, en donde se solía observar los ajusticiados por las leyes establecidas por el Código Romano, el cual permitía la crucifixión de los enemigos del Imperio Romano y los emperadores.

Y es que precisamente que el método de la crucifixión no fue creado por el Imperio Romano.

Ellos conocieron esta forma de castigo tortuoso e inhumano aplicada en el Imperio de los Asirios consistente en utilizar dos maderos o troncos en donde eran atados y clavados desnudos los enemigos capturados luego de alguna batalla o guerra en defensa de la expansión del territorio ocupado por los adversarios del Imperio.

Pues precisamente Jesús, fue sentenciado por dos juicios:

* Juicio Religioso – Civil

* Juicio Político – Militar

El primero ejecutado ante el Sanedrín  (Concejo Religioso Judío integrado por escribas y sacerdotes), y el segundo por el poder Romano ejercido por Procurador de Judea Poncio Pilato Romano incitado y coaccionado por el Sanedrín, quienes a pesar de no estar de acuerdo con la ocupación romana en todo el territorio de la Palestina y Judea,  ejercían el control militar,  aunque éstos permitían las prácticas religiosas judías siempre y cuando no estuvieran relacionadas con movimientos de sublevación civil contra el Imperio Romano.

Sucedió en el Gólgota

Era la hora nona es decir las tres de la tarde,   y aun los ajusticiados permanecían agonizando en la tortura,  a excepción de Jesucristo,  que luego de suscitarse acontecimientos significativos con un profundo significado religioso inexplicable en aquella época para muchos,   rápidamente José de Arimatea y Nicodemo miembros del Sanedrín y seguidores ocultos de Jesús Nazareno, acudieron rápidamente y sin percatarse los Sumos Sacerdotes Anas y Caifas quienes permanecían observando a distancia los sucesos en el Gólgota,  acudieron al Palacio de Poncio Pilato a solicitar la entrega del cuerpo inerte de Nuestro Señor Jesucristo para darle sepultura digna,  pues era el ritual religioso que se solía hacer a los judíos en víspera del inicio del Sabbath de Oración en el Templo de Jerusalén.

Emitida la Orden con el Sello del Procurador Pilato, y sin objeciones se escribe en un pergamino que luego se presenta a los oficiales romanos que ejecutaron la orden de efectuar «Crucifixión“ en el Gólgota.

De inmediato, el Apóstol Juan, José de Arimatea y Nicodemo inician la dolorosa acción de desclavar el Sagrada Cuerpo de Jesucristo, con lágrimas en sus ojos y una profunda congoja en cuatro momentos:

Primer Momento Doloroso:

Sacar la Corona de Espinas, que por las múltiples caídas de Jesucristo en su trayectoria al Gólgota, se le había enterrado en cuero cabelludo, párpado izquierdo cercano al ojo y la frente ocasión que afecto la visión de Jesús fuertemente ,esa Corona de Espinas agudas y largas estaba tejida con pinzas   quedando como una especie de casco sobre la cabeza de Jesús ya que fue forzada fuertemente por un soldado romano afín de que no se cayera al suelo pedregoso, es el varón de dolores en la historia de la humanidad.

Segundo Momento Doloroso:

Desclavan la mano izquierda, que fue la que más costó clavar, a tal punto que hubo que halarla con soga hasta poder ubicaría en el punto donde fue introducida a martillazos sobre el palmo de la mano.

Esto provocó un desgarramiento de los ligamentos del hombro izquierdo causando un atroz dolor que provocó gritos de Jesús y el llanto de muchos hombres y mujeres cargados de tristeza que observaron atónitos la cruel de las barbaries observadas por judío de la época, que incluso sacudía a los caballos del centurión romano. 

Esa mano izquierda símbolo de sanidad y del Amor del Padre Eterno, que perm8tio que muchos enfermos físicos y espirituales recibieran sanidad divina y el perdón de sus pecados.

Tercer Momento Doloroso:

De clavar la mano derecha de Jesucristo,  según la tradición es la primera que recibió los agudos clavos,  y que hizo estallar gritos en Jesús,  a tal punto que provocó otra vez hemorragia que llegó a salpicar el rostro del torturado romano  pese a no querer recibir ese torrente bendito al igual que Longino soldado que recobra la vista al  insertar fuertemente la punta de lanza introducida en el costado del diafragma de Jesús,  de donde emano  sangre y agua redentora de la humanidad pecadora y cruel .

Esa mano derecha atada al madero  que días antes entrego la multiplicación de panes y peces  a miles de personas  seguidores de la Santidad del Hijo del Hombre,  el Ecce Homo  ( eh aquí al hombre) frase en latín el cual hizo referencia el Procurador Poncio Pilatos luego de presentar públicamente a Jesús luego de someterlo a crueles torturas en el patio del Pretorio  para darle satisfacción al Sanedrín, esa mano derecha que resucitó a la hija de Jairo,  a Lázaro su amigo,   dio sanidad a la mujer hemorroisa,   que elevo el pan sin levadura para convertirlo en su carne durante la Primera Eucaristía Universal para Redención del género humano, es ahora arrancada del madero con dificultad,  para seguir sanando a las nuevas generaciones de hombres inconscientes de este valle de lágrimas y dolores.

Cuarto Momento Doloroso:

Desclavan los pies de Jesús Nazareno, una labor que requirió una acción de fuerza mayor, pues ambos pies estaban uno sobre el otro creando dificultades puesto que el clavo había penetrado parte de la estructura ósea y no cedía.  Aquel momento de dolor hizo traer a la memoria momentos en que Jesús Nazareno efectuaba múltiples caminatas a

Cafarnaum, Nazaret, Jerusalén, cuando era recibido con victores y palmas montado en un asno, esos pies que señalaron el camino al Aposento Alto, a las Sinagoga de Cafarnaum   caminando a Emaús, y muchos otros sitios, son finalmente desalojados de donde fueron clavados con largos clavos puntiagudos de hierro forjado al madero.

Camino al Santo Sepulcro

La nueva Iglesia representada en las figuras de José de Arimatea y Nicodemo, junto al Apóstol San Juan la Santísima Virgen María, María Magdalena, María de Cleofás, María madre de Rufo y las otras piadosas mujeres fieles discípulas de Jesús, inician lo que podemos denominar, la Primera Procesión con el Santísimo Sacramento con el Cuerpo de Jesucristo en peregrinación hasta un hermoso huerto muy cercano al Gólgota para introducirlo al sepulcro nuevo. 

Un sepulcro que fue precisamente mandado a construir por José de Arimatea, siendo miembro del Sanedrín de Jerusalén para su uso puesto que era ya anciano.

De esta manera la nueva Iglesia, Cuerpo Místico de Jesucristo fueron los únicos que podían bajar de la cruz a Jesucristo, puesto que los otros ajusticiados permanecían agonizando en el Gólgota después de haberles partidos las piernas los soldados romanos para acelérales la muerte.

Pese a todo, y con el pergamino con el sello del Procurador Poncio Pilatos, se cambiaron la costumbre de los romanos ya que una vez muerto los ajusticiados eran arrojados en una «Fosa Común“ y luego incinerados como era la norma del Imperio Romano que se practicaba.

Así sólo las manos de los amigos de Jesucristo lo podían tocar y preparar para un entierro digno de un Gran Rey.

Una vez en el Sepulcro y ante la caída prontamente del día, el Sagrado Cuerpo de Jesucristo era envuelto en una funda larga de lino fino y cubierta su Santa Faz delicadamente en medio de sollozos y lágrimas.  

José de Arimatea habla mandado a traer 30 kilos de Áloe y Mirra, que era una sustancia que al mezclase emanaba una fragancia especial puesto que el Aloe se extraer de un madero cuya salvia es muy olorosa sirve para del ritual religioso judío para las exequias de cuerpos en la costumbre judía en medio de las oraciones del fin del día.

Y es que desde un el Jardín del Edén inicia la vida humana con Adán y Eva que lastimosamente por una acción de desobediencia a Dios su desobediencia fue aprovechada por el maligno para rebelarse contra Dios, siglos después, observamos a Jesucristo que en oración profunda en el “Huerto de Getsemaní“ se encuentra ante el cáliz de la amargura, para enfrentarse al máximo sacrificio por la Salvación de la Humanidad.

En un Huerto entre el pecado (Edén) y en otro Huerto nació la vida (Santo Sepulcro).

Es en un Jardín donde es sepultado al ritual de un Supremo Rey que inicia el Triunfo sobre la Muerte al Resucitar de entre los muertos permitiendo el nacimiento al Estado de la Gracia a toda la Iglesia Universal.

Bendita la Cruz que nos trajo la redención al mundo.

Dominum Vopiscum et cum Spirito tuo

Luis J. Ceballos M.

Agente de Pastoral

Deja un comentario

relacionados

Crea una web o blog en WordPress.com